UNA CAGADA CON MUCHA FIBRA
Published 19 octubre 2005 by Rodrigo | E-mail this post
Cuando me tocó comunicar, hace ya varios meses, el cierre de Tambor, predije, sin ningún antecedente, que este no sería un buen año para las buenas ediciones. A nuestro cierre, se sumaría días después el de Lat33, hace unas semanas fue el turno de Rocinante, y me acabo de enterar que la señora de negro vino a tocar la puerta de Revista Fibra.
Este cierre tiene un gusto especialmente amargo. Las primeras tres pasaron a mejor vida por falta del dinerillo escaso para proyectos independientes, pero el caso de Fibra nada tiene que ver con la ausencia de financiamiento. Detrás estaba el gigante español Telefónica. La decisión, según me informé, pasó por el cambio de Gerencia que hubo en la compañía. La salida de Claudio Muñoz y la entrada de José Molés, tuvo como una de sus consecuencias el que al nuevo gerente no le gustaba este experimento editorial. “Rara”, la encontraba. En fin. Cuento corto, decidió cortarle las piernas a la revista y ya no circula más.
Da rabia, mucha rabia. No es que fuera un fanático de Fibra, pero al menos se esmeraban en hacer un trabajo periodístico interesante, aunque la gráfica muchas veces fuera tal cual algunas revistas europeas. Al final son muy pocos los que inventan algo. No se inventa nada, está todo ahí, decía Miró.
Recorro los kioskos y veo trescientas mil revistas. Editoriales como Holanda, Televisa y Publicaciones Lo Castillo (aunque se dedican más al tema corporativo), nos saturan de miles y miles de páginas destinadas a no sé quién. ¿Quién compra todavía la Tv-Grama?, ¿quién consume algo que se llama Prevention, Secretos para vivir mejor? ¿alguien aun pesca la Reader’s Digest que está en el baño?
Da rabia que por el gusto de un gerente que poco y nada de revistas debe saber (quizás el compre las revistas de arriba)
Hacen falta revistas, pero sé que es más fuerte el deseo editorial de quien se propone hacer una, que la disposición lectora de quienes andan definitivamente en otra, con poco tiempo, menos para leer, menos para ir a buscar una revista a un kiosko. Faltan propuestas como Esquire, AdBusters, Intro, G7, El Malpensante, Diario... pero si existieran aquí ¿alguien las compraría para leerlas, o sólo terminarían decorando la mesa de vidrio del living?
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