IDEAS SIN CORCHETES NI HOTMELT
Éramos 4 los que fuimos a ver Se Arrienda. Por un momento dudé en decir que me había gustado la película. Era el único y aunque nunca me ha intimidado ser minoría, por alguna extraña razón todo estaba demasiado a flor de piel como para trenzarme en una discusión sobre por qué la película me había gustado. Ojo, la discusión ni siquiera sería de si la película era buena o no. Para qué discutir por eso si a ninguno de los asistentes nos pagaban por criticar. Al final era un tema de gusto (y Uds. saben como termina el dicho)
No he leído hasta el día de hoy muy buenas críticas. Tengo la costumbre de leerlas después de acontecidos los hechos. Salvo los blogs de los implicados, en general la película ha recibido más críticas que elogios. El gremio es duro con el colega, era que no. Supongo que a quienes nos gustó estamos más por disfrutarla que por lanzarnos a escribir para defenderla, ¿no?
Engrupida. Es el calificativo que he escuchado más veces. Algo como de snob, cliché, pero sobre todo, engrupida. Es cierto que la escena donde los aun estudiantes conversan de música y autores, que éste se parece a aquél y a este otro. Que Danny Elfman y los movimientos de no se qué compositor de películas asiáticas, me dio la impresión de estar viendo una escena de Manhattan de Allen en que te quedas pensando ¿qué he estado leyendo todo este tiempo que no conozco a toda esta gente que nombran? Se nota la mano de Ortega en esa escena... Todos quedamos mal, y los que quedan más mal comienzan a odiar una película que recién está empezando.
Y sí. Me sentí identificado con la película. No porque me crea CC, no porque sufro por no venderme o arrendarne al sistema. Al final CC no sufre por eso. Sufre porque no sabe dónde mierda está parado. Sufre porque todo es distinto a como él lo dejó hace años. Sufre porque conoció gente que hoy no reconoce. Sufre porque se engrupió y hoy está solo. Sufre porque es él el mayor impedimento para ser lo que realmente quiere y sufre porque lo sabe. Y eso duele.
No sé si es la película de la vida de Fuguet. Tampoco me interesa saberlo. No fui a verla por él. No tenía expectativas. Me gustó el trailer, me gustó la música. Basta. ¿Qué otra razón necesitaba para verla? No salí con una nueva manera de ver la vida, no me cambió. No me replanteo ahora lo que hago, lo que hice, ni lo que haré. Al final ¿Qué pasa si la vida te da una segunda oportunidad? Seguramente todos haríamos las mismas pelotudeces por las que estamos donde estamos, porque el futuro lo tenemos escrito en el codo, sólo que no podemos vérnoslo y, como dijo Gieb, lo que hoy cuesta más es venderse al sistema y no marginarse de él.