Qué se puede decir. Ha sido -sin ninguna duda- la mejor ceremonia de inauguración de olimpiadas que me ha tocado ver, y eso que he visto bastante y tengo buena memoria.
El despliegue escenográfico, tecnológico y coreográfico de los chinos fue simplemente impecable. Todo, absolutamente todo era notable de principio a fin. Ya me lo temía, pero superaron todas mis expectativas, lejos.
Si ok, una ceremonia llena de contradicciones. Que quieren hacer unas olimpiadas verdes y llenaron el cielo de Beijing de pólvora. Que los niños fueron los principales protagonistas de todo el show, sí, los mismos que trabajan haciendo zapatillas de marca que acá se venden por 1000 veces lo que valen. Sí, China se abre al mundo mientras le cierra la puerta al Tibet.
Uno podría juzgar a las autoridades, pero podrá uno apuntar a los 70 mil voluntarios que han querido ser parte de este Juegos. A los miles de extras que movían cubos, levantaban banderas, golpeaban tambores, bailaban y cantaban sabiéndose actores de uno de los espectáculos artísticos más importantes de este siglo. Porque así fue, nada menos.
Ojalá lo hayan podido ver. Ojalá lo repitan. Vale la pena y, aunque sea algo que sólo me incumbe a mí, qué rico es levantarse a mediodía después de tanto tiempo. Han comenzado los juegos. - foto_
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