REVELACIONES CHÚCARAS

De vuelta. Lamento el silencio durante tres días, pero cambiarse de casa no es una empresa fácil (y tampoco se hace en tres días, así que queda), pero ahora hay algo de tiempo para postear.

Noticias hay muchas, tantas que se olvidan, pero sin duda lo de Madonna me interesa, tanto porque quiero ir a ver su show como por todos los problemas y polémicas que han habido a propósito de su espectáculo. Que tenemos las entradas más caras del mundo, que el sistema de preventa es discriminador, que la página que recibía datos confidenciales tenía nulo sistema de protección de datos, que te iban a dar un código de inscripción y nacalaspirinaca, que hay o no hay segundo show, que Modanna aquí, que Madonna acá.

Hasta de recurso de protección se fue el concierto organizado por T4F, el que pretende incluso suspender y echar al suelo todo el sistema de entradas que fueron acaparadas en 36 horas. Yo espero tener mi galucha, no me puedo confiar aun porque así lo dice la productora. ¿De qué se trata entonces?

En nuestro país se están vendiendo las entradas más caras de nuevo tour de Madonna. Incluso superando a países donde los precios altos son una atracción turística más. Cómo es eso posible, porque en Chile hay gente dispuesta a pagar, así de simple, porque de eso se trata. Como me decía alguien el otro día, Madonna no es un museo, un bien público al que todo chileno debiera tener acceso no importando su condición económica. Madonna es -musicalmente- un producto y como tal es objeto de negocio y ahí manda la demanda. Por tanto, las condiciones y requisitos que coloque el vendedor para acceder a un producto, depende de él y de la disposición del consumidor a aceptar tales reglas. El problema está cuando el oferente no entrega toda la información, como sucede con el famoso cargo de servicio por venta, que esta vez se fue absolutamente al chancho, llegando casi a un 20% del valor del ticket.

Es que acá nos siguen tratando de convencer que somos un país de emprendedores, cuando en realidad hay buenos negociantes que saben indentificar oportunidades y hacer negocios exprimiendo el limón a todo lo que de a la primera, maximizando utilidades y disparando a todo lo que salga con tal de obtener la mayor rentabilidad posible. ¿Es malo eso? No per se. La utilidad es un interés legítimo, el tema es cómo se logra y a cuántos dejaste en el camino para conseguirlo.

Al final, el lloriqueo por lo de Madonna no tiene mucho sentido. El que quiere verla tendrá que pagar y mucho más no queda por hacer. Salvo rezar para que se confirme un segundo concierto al que tengan acceso los menos desesperados. Que mejoren el sistema de seguridad en la recolección de datos por internet y que, de una vez por todas, transparenten los valores de las entradas. Porque uno, a estas alturas, ya sabe que se viene el costo por servicio, pero que éste sea de 4 lucas en una entrada de 23mil, es como mucho. Nos vemos en el Nacional, espero.

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