REVELACIONES CHÚCARAS

Malandre se pregunta por qué tanto entusiasmo con la candidatura y el éxito de Barack Obama en las primarias demócratas norteamericanas.

A todo esto, Obama se anotó nuevo triunfo ayer en las primarias de Mississipi, donde obtuvo un 61% de las preferencias sumando su victoria 30 de las 44 elecciones en las que ha competido con la Clinton. (cnn)

Volviendo a lo pregunta original, al menos a mí lo que me entusiasma en la posibilidad de un verdadero cambio en los EE.UU., país que podrá seguir siendo un referente en materia económica para quienes cultivan la ideología de la inmediatez y la rentabilidad máxima. Pero el país del norte dejó de ser hace rato un referente mundial en tantas otras áreas.

Marcado sobre todo por las administraciones Bush, EE.UU. es reconocido hoy como un país poco amigable. Su gravitante influencia mundial está solventado en la intervención, el atropello de países que no comulgan con la nueva american way of life y que son rápidamente sindicados como el objetivo de los mayores esfuerzos bélicos y los recursos para financiar dichos esfuerzos de mantención de una paz a punta de balloneta.

Obama se ha atrevido a desacreditar abiertamente una guerra inventada y un estilo de hacer política local y externa en la que la persona poco importa. Obama está lejos de ser la panacea, pero representa una posibilidad (y repito, posibilidad) de que asuma el poder un tipo que no le debe favores a los grandes capitales. Que no tiene negocios con la guerra y que se ha mantenido al margen del stablishment, lo que sin duda es una amenaza para quienes crearon, creen y comulgan con el sistema. Para ellos lo mejor que puede pasar es que no pase nada. Y Obama podría poner en peligro esos planes. Puede que de remover cimientos no pase nada, que el elefante sea demasiado grande y pesado como para intertar siquiera moverlo, pero lo peor sería no tratar.

La política no se hace sólo en base a fríos cálculos y cifras que auguren un futuro mejor. Como solían decir unos tipos de mantas blancas, es el arte de gobernar y el arte, como leí en otro lugar, es una práctica para explorar los límites del orden, dar curso a energías pulsionales reprimidas, ensayar formas de comunicación cuando el pacto del lenguaje parece fracasar, es cambio y hoy Obama es el único que lo representa.

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