Una de las noticias políticas de la semana fue
la renuncia indeclinable que presentó el General Santelices al Ejercito.
La nota pequeña la puso el diputado Coloma quien se pronunció acerca del tema con el clásico, hasta cuándo se discuten temas que pasaron hace 35 años. Me pregunto yo si el señor Coloma habría descansado en la búsqueda de su familia si se la hubieran hecho desaparecer, sin poder saber aun qué les pasó. Quizás sí, quizás no, pero no puede pedirle a otros que sigan su ejemplo, sobre todo si dando ejemplos no es muy bueno.
En fin, el tema acá es Santelices. En una "sentida" carta el ex General adujo que efectivamente tuvo participación en los hechos que terminaron con la muerte de 14 prisioneros en Antofagasta, pero que no recibió ni ejecutó órdenes ilegales, que éstas emanaban de las autoridades legalmente investidas, que en esos momentos tenía 20 años y que recién salido de no sé que instrucción, era impensable no cumplir esas órdenes, ya que aquella desobediencia podría incluso acarrearle la muerte, según el Código de Justicia Militar. (
emol)
El Ministro Vidal se mandó pulenta cuña al destacar que el ex General "
por razones de secreto de sumario no le comentó a nadie las características de su descripción, de su declaración, un general que recibe la orden de retirar a 14 prisioneros de la cárcel de Antofagasta, llevarlos a la quebrada del 'Way', colocarlos en fila, con los camiones que los transportó, iluminarlos con luces, retirarse 100 metros y que otro personal del ejército los masacrara, tanto a balazos como a curvos, hasta despedazar sus cuerpos, los sube al camión y los deja en la morgue, de eso estamos hablando" (
emol) Y he ahí el quid del asunto.
Santelices fue parte de la operación y como él mismo lo confesó, en ese contexto era la vida de él o la de 14 prisioneros. A Santelices nadie lo obligó a enfilarse en el Ejercito y por tanto, acatar el deber de obediencia, por lo que enfrentado a este dilema prefirió privilegiar su integridad institucional y física, antes que reparar el el abuso que se estaba cometiendo, toda vez que no le fueron entregados órdenes de ejecución emanadas de un tribunal ni civil ni militar. La vida puso ahí a Santelices y él debió tomar una decisión. Ahora debe asumir las consecuencias.
Santelices puede explicar los hechos con la sentidas carta que expuso, de esa manera podemos nosotros entender el contexto en el cual se desarrollaron los hechos, pero no puede en ningún caso exculparse y tratar de justificar su participación y autoría en los hechos que produjeron la muerte de 14 personas, y eso en el país que sea, se paga.
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