REVELACIONES CHÚCARAS
IDEAS SIN CORCHETES NI HOTMELT
Tal como lo prometí, aquí va la segunda parte...
Per mangiare
La giornatta romana no puede comenzar sin un cappuccino y un cornetto (medialuna). No existe lugar en Roma donde esta dupla no sea servida de manera debida. A media mañana o durante la tarde será altamente recomendable tomarse un helado en una de las heladerías históricas de la ciudad. Giolitti, a un costado del Parlamento italiano, en pleno centro de Roma, sirve desde 1890 los mejores helados y pasteles de la ciudad. (Metro Spagna)
Para almorzar obviamente tienes dos alternativas. Pasta o Pizza. No se te ocurra visitar algunos de los tantos restaurantes chinos, menos alguno de comida rápida. Sería un pecado. El centro de la ciudad ofrece desde la Via Nazionale hasta la Piazza del Popolo, cientos de lugares donde comer bien, pero la gracia de esta aventura que te estamos proponiendo, es dejar el tour e innovar. Al otro lado del Tiber (en el barrio del Trastevere) podrás encontrar pequeños restaurantes donde te sentirás como en el mercado central santiaguino. Con tipos que se pasean por las mesas con la guitarra en mano entonando stornelli romani o canciones típicas en dialecto romanezco. Checchino y Agustarello son buenas opciones para el pranzo. (Metro Trastevere)
Pero si quieres dejar de escuchar las bocinas romanas, puedes emprender un viaje de cerca de 30 Km. hacia el pueblo de Frascati. Ubicado a las afueras de la ciudad en la zona de los Castelli Romani, este pueblo productor de vino y aceite de oliva se vanagloria de ser uno de los lugares de escape más solicitados por los mismos romanos. Cuando las hordas de bárbaros en short invaden la ciudad, los oriundos disfrutan de la gastronomía en los fraschette, típicas hosterías donde el antipasto y el vino Doc darán lugar a una tarde de tranquila caminata recorriendo museos y viñas.
Ya por la noche, cuando el hambre haga estragos, Roma ofrece una alternativa poco romana, pero no menos italiana. La pizzería O’Masto (El Maestro) al sur de la ciudad, en el sector de Laurentina, ofrece Pizza con la receta típica partenopea (napolitana). Masa delgada, todo tipo de ingredientes y un horno de grandes dimensiones a la vista de los comensales, te hará pensar dos veces antes de volver a comer lo que algunas cadenas de comida rápida llaman Pizza. No olvides hacer tu reserva. (Metro E.U.R. Fermi)
...y quedo a la espera de vuestros clicks para la tercera parte de esta aventura romana.
Per mangiare
La giornatta romana no puede comenzar sin un cappuccino y un cornetto (medialuna). No existe lugar en Roma donde esta dupla no sea servida de manera debida. A media mañana o durante la tarde será altamente recomendable tomarse un helado en una de las heladerías históricas de la ciudad. Giolitti, a un costado del Parlamento italiano, en pleno centro de Roma, sirve desde 1890 los mejores helados y pasteles de la ciudad. (Metro Spagna)
Para almorzar obviamente tienes dos alternativas. Pasta o Pizza. No se te ocurra visitar algunos de los tantos restaurantes chinos, menos alguno de comida rápida. Sería un pecado. El centro de la ciudad ofrece desde la Via Nazionale hasta la Piazza del Popolo, cientos de lugares donde comer bien, pero la gracia de esta aventura que te estamos proponiendo, es dejar el tour e innovar. Al otro lado del Tiber (en el barrio del Trastevere) podrás encontrar pequeños restaurantes donde te sentirás como en el mercado central santiaguino. Con tipos que se pasean por las mesas con la guitarra en mano entonando stornelli romani o canciones típicas en dialecto romanezco. Checchino y Agustarello son buenas opciones para el pranzo. (Metro Trastevere)
Pero si quieres dejar de escuchar las bocinas romanas, puedes emprender un viaje de cerca de 30 Km. hacia el pueblo de Frascati. Ubicado a las afueras de la ciudad en la zona de los Castelli Romani, este pueblo productor de vino y aceite de oliva se vanagloria de ser uno de los lugares de escape más solicitados por los mismos romanos. Cuando las hordas de bárbaros en short invaden la ciudad, los oriundos disfrutan de la gastronomía en los fraschette, típicas hosterías donde el antipasto y el vino Doc darán lugar a una tarde de tranquila caminata recorriendo museos y viñas.
Ya por la noche, cuando el hambre haga estragos, Roma ofrece una alternativa poco romana, pero no menos italiana. La pizzería O’Masto (El Maestro) al sur de la ciudad, en el sector de Laurentina, ofrece Pizza con la receta típica partenopea (napolitana). Masa delgada, todo tipo de ingredientes y un horno de grandes dimensiones a la vista de los comensales, te hará pensar dos veces antes de volver a comer lo que algunas cadenas de comida rápida llaman Pizza. No olvides hacer tu reserva. (Metro E.U.R. Fermi)
...y quedo a la espera de vuestros clicks para la tercera parte de esta aventura romana.
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