REVELACIONES CHÚCARAS

- Después de la admiración y asombro post inauguración de los JJ.OO. pasé definitivamente al miedo. No, broma. Pero no deja de ser trascendente la muestra poderío que nos dieron los chinos el viernes pasado. Organización, esfuerzo, tecnología, recursos y ambición. Todo lo que se necesita para dominar el mundo.

Ahora, más encima, se supo que los fuegos artificiales que representaban 29 pisadas que recorrían el centro de Beijing hasta el estadio, eran en realidad efectos computacionales. Así es, los chinos nos hicieron creer a cientos de millones de personas alrededor del mundo, de que esas explosiones realmente habían sucedido y mis polainas. Nunca fueron. Lo medular es que los chinos no sólo pueden hacer lo que se les venga en gana, sino que nos convencen a todos de lo que ellos nos muestran realmente está sucediendo. Ándate cabrito. Yo que uds. me pongo a estudiar chino ligerito, porque cuando invadan Chile y me pregunten algo, quiero estar preparado y estar confesado no me va a servir de nada.

- Como era de esperarse, ya se están rasgando vestiduras por la llamativa participación del ciclista Patricio Alomancid. El tipo lideró gran parte de la prueba de fondo en ruta y -digámoslo- tenía al borde de la silla a nuestros enviados especiales a Beijing quienes simplemente no podían creer que un chileno de Puerto Montt se estuviera robando la película en una competencia de la importancia de aquella. Al final, la explicación era más simple. El ciclista, sabiéndose sin ninguna posibilidad de llegar en un lugar decente, prefirió escaparse del pelotón y mostrarse. Aparecer solito durante más de dos horas en todos los medios mundiales como el protagonista y líder de la competencia, pero como era obvio, terminó por fundirse y ni siquiera fue capaz de terminar la carrera por el esfuerzo hecho.

Rápidamente salieron varios a señalar con el dedo a Almonacid. Que ese no era el espíritu olímpico que había que mostrar en estas instancias, que se aprovechó y nos vaciló a todos, que se gastó la plata que le daba el COCH para darse un gustito a título personal, etc, etc. Sin embargo, ha sido el único deportista chileno que, consciente de sus limitaciones, supo hacer algo distinto y no simplemente terminar rápidamente su participación en los JJ.OO. como lo vienen haciendo el resto de sus colegas, quienes volverán a Chile sin pena ni gloria. Al menos de Almonacid se habla y quizás su estrategia resulte para que alguien se atreva a invertir en él (carta en elmerculo). Quién sabe si en 4 años más, los mismos enviados especiales que estaban al borde del colapso informando ingenuamente sobre la hazaña del ciclista, tendrán que tragarse sus juicios para hablar de un chileno que se destaque, porque esos los contamos con una mano.

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