El viernes comentaba
el tongo del que fue parte Michael Porter en el seminario organizado por la UDD y la revista Capital, donde despotricó contra la economía chilena y le pasó casi toda la cuenta al rol del Estado chileno en la -según él- paupérrima situación en que se encuentra Chile en términos de evance económico.
A mi me extrañaban sus opiniones en el sentido de la simpleza de ellas. Era como escuchar la lista de peluquería de Melnick los domingos y la verdad es que no estaba tan lejos de la verdad. El mentado "gurú" cenó el miércoles anterior con los próceres de nuestra economía, entre los cuales estaban
Ricardo Claro, Sven y Dag von Appen, Carlos Eugenio Lavín, Felipe Briones, Francisco Silva, Ernesto Silva, Richard Büchi,
Cristián Larroulet y el dueño de casa
Carlos Cáceres. Ellos se habrían encargado de pintarle el cuadro a Porter acerca de cómo lo estaba haciendo Chile. No por nada
elmerculo recogió la noticia y la publicó el domingo bajo el clarísimo título de "La comida con chilenos que inspiró a Michael Porter".
Ahora entiendo, con esos comensales, cómo no pensar que todo está mal en este país, aunque los mismos que se sentaron a la mesa estén ganando a manos juntas con el modelo que ellos mismos crearon, aplicaron y -seamos honestos- no tienen ningún interés en cambiar.
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