REVELACIONES CHÚCARAS

La noticia del "espaldarazo" que dio Chile -a través de su Presidenta- a China en el marco de su visita a Asia, no me pudo dejar indiferente.

A simple vista podría parecer que Chile atornilla al revés de toda la comunidad internacional que ha decidido protestar públicamente por un especie de lavado de imagen de la República Popular gracias a la realización de los Olimpiadas Beijing 2008.

Ayer, el neorevolucionario Gonzalo Rojas S. se mandó su columna en los Reportajes delmerculo, tratando a la Presidenta de "una rama más (torcida y retorcida, como tantas otras) de esa parte de la humanidad que un día leyó con devoción en la obra de Lenin la sentencia fundamental: sólo es moral lo que contribuye al triunfo de la revolución". Suave.

Independiente de que los amigos de Rojas no parecían ayer muy incómodos con el viaje a China, el tema acá es la posición adoptada por Chile justo cuando el mundo discute y actúa frente a los constantes abusos a los DD.HH. que el Gobierno chino está perpetrando en contra de su propia población y la del Tibet. Mientras gobiernos y organizaciones internacionales evalúan boicots o simples desprecios a la justa deportiva, Chile brinda y se fotografía con los representantes de un desarollo con manos manchadas.

¿Cuál es el rol que le cabe a Chile en la comunidad internacional frente al conflicto que se vive en China? ¿Debimos esperar una actitud más enérgicamente condenatoria de nuestro Gobierno tal como le hubiera gustado al Sr. Rojas? No estoy tan seguro. Tengo más dudas que certezas y -lo digo de antemano- no es por mera conveniencia. A lo que sí me opongo es a las miradas simplistas y efectistas que de manera rebuscada pretenden fundamentar una visión igual o más ideologizada que contra la que se protesta. Porque seamos honestos, dudo que acá se estén cumpliendo compromisos partidistas por más a la izquierda que la Presidenta pueda estar. Acá se están privilegiando las buenas relaciones con el que hoy se está transformando en el principal socio económico de Chile.

Raramente, tiendo a compartir la mirada de Hernán Felipe Errázuriz en su columna del sábado, con el dolor de mi alma. Lo único que tengo claro es que ésta no debió haber sido una decisión fácil, pero a veces simplemente un Gobierno tiene que hacer, lo que un Gobierno tiene que hacer, sobre todo, uno como Chile. ¿Opiniones? - foto_f@

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