La potencia del tema elegido (como si TVN hubiera hecho la denuncia que mantiene a la ministra Provoste al borde de la destitución) logró salvar las falencias del formato que sigue explotando Iván Nuñez en la tenmporada 2008 de su
Esto No Tiene Nombre.
El escándalo del verano, las subvenciones escolares, resumido en la experiencia del colegio Saint Joseph, todo gracias a la denuncia hecha por una apoderada cuyo hijo era retenido en inspectoría durante el horario de clases, por no haber pagado su mensualidad. El numerito fue complementado con pasteles del orden de cobrar 26 mil pesos de matrícula cuando por decreto sólo se puede cobrar $ 3.500.-. Llevar dos libros de asistencia, falseando el que controla el Ministerio para efectos de acreditar más asistencia de la que efectivamente hay y finalmente, que la propia sostenedora del colegio, una vez llegadas las colaciones proporcionadas por la Junaeb, se llevaba para la casa buena cantidad de los productos que deberían ir a dar a niños de escazos recursos.
Mis quejas en cuanto al formato del programa se remiten a ese ping pong que hace al final Nuñez, quien parece no estar completamente al tanto de los puntos que se le acusan a la sostenedora que tiene al frente y es un ametrallamiento que maréa, donde finalmente la denunciada termina haciendo un gran discurso a lo Provoste. El resto del programa no difiere de lo que podría ser IE.
El tema acá es que tal como dije arriba se trata del resumen del problema de fondo. Independiente de las responsabilidades políticas de las autoridades por el despelote que tenían y que de seguro les costará el puesto. El asunto es que el libertinaje con que se hace educación en Chile permite que gente que debería estar en las cárceles esté fundando colegios. Quienes serían llamados emprendedores por quienes ven en toda intervención del Estado en mal de todos los males, descubrieron la forma de lucrar a destajo. Porque el problema al final, no sé si sea el lucro, sino la forma en que se lucra y los personajes que lo hacen. Cuando el lucro no sólo es en beneficio del sostenedor sino a costa del estudiante simplemente es inaceptable y no me vengan con eso de que la gran mayoría de los sostenedores de Chile pueden mirar a sus hijos a los ojos con orgullo, porque las triquiñuelas para doblarle la mano al sistema se dan a todo nivel.
En Chile se suele decir que funciona el sistema de la Buena Fe, principio que creo quedó demostrado no ser nuestro fuerte desde tiempos de la conquista. Acá la gente busca sacar provecho de todo, exprimir el limón hasta donde dé y si para eso me tengo que cagar a un par o a todos, lo hago. La prepotencia e indolencia en su más alta expresión. Digo yo, qué pasaría si el día de mañana se libera el mercado del tráfico aeronáutico local cosa que cualquiera pudiera emprender un servicio de transporte aéreo, la competencia que siempre tirá más para el precio que la calidad, comenzaría a funcionar y tendríamos a cualquier pelafustán volando carcachas que apenas se sostienen, pero llegan rápido y barato, claro hasta que se caiga uno y mueran 10.
En la educación es lo mismo. Acá se le está dando libertad para que gente inescrupulosa vea el negocio en la educación y se interesen más por hacer madejas jurídicas con inmobiliarias, antes de prestar un buen servicio de educación. El norte es otro, no es educar, es lucrar y es ahí cuando el lucro resulta abominable, porque los directos afectados son los niños y los beneficiados, los de siempre.
Antes de seguir despotricando, prefiero abrir el debate.
Aquí gusta mucho hablar de libertad, pero lamentablemente a la gente no se le puede dejar siempre sola, sobre todo si están jugando con el dinero de todos. - foto_
charlancastorEtiquetas: nacional, tv