Estaba incrédulo. No podía creer que los mismos que se sacaron la cresta en el Centenario el fin de semana, eran los mismos que trataban de jugar a la pelota ayer en el Nacional. Sí ok, no hay que echarse a morir, Brasil también está teniendo una clasificatoria malena y hasta Argentina perdió. Paraguay es la
vedette y paradógicamente, nos toco bailar con la fea.
Vuelven los fantasmas y la gente se desilusiona. Porque da impotencia que te metan 3 goles de local, sobre todo si el equipo contrario llegó como mucho, seis veces. Lo que me intriga es por qué pareciera que a Chile le cuesta jugar a la pelota, como que no nos fuera innato jugar con los pies, nos incomoda el balón en los pies, pases sin fuerza, imprecisiones y salvo un par de tocados por el don, la técnica -ante la presión- brilla por su ausencia. Pero a no echar los brazos abajo, que quedan muchos puntos en disputa. Bielsa tiene ahora más tiempo del que tuvo entre que asumió y el primer duelo con Argentina.
Dos cosas aparte. Me dio vergüenza ajena ver a
Tito Beltrán cantando el Funiculì, Funiculà (
wiki) frente a 60 mil personas y supuestamente como un homenaje a la gente afectada por el terremoto del norte. ¿Qué hacía Tito Beltrán ahí? ¿Qué diablos hacía cantanto ópera? Fue un espectáculo triste en ese majadero ejercicio de intentar culturizar a las masas con música para gustos bien especiales. Más encima, Beltrán tenía el descaro de gritar "ahora, todos", como si alguien se supiera la letra. Insólito, mostrando la chala antes del partido, cosas que pasan sólo en Chile.
Lo otro, vergonzoso espectáculo dieron los asistentes que no fueron capaces de respetar el himno paraguayo. No contentos con la rechifla, se dedicaron a cantar cánticos en contra. Una muestra de primitivismo penoso, en algún momento hasta me dio gusto que quienes hayan pagado la entrada se hayan llevado tres pepas en contra para la casa, por rotos. - foto_
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