Es agradable no tener que reirse por obligación por el abuso del garabato (muletilla preocupante en la industria cinematográfica chilena), por la talla doble sentido o la alusión sexual directa. Lo mejor es reirse de las cosas divertidas y esta película lo logra.
La vi en el marco del Festival de Cine de Viña (la única película que logré ver) y salí más que contento, después de ver una nueva forma de hacer cine, donde no se recurre a los ya agotados argumentos de la supuesta picardía chilena, sino que se apuesta por personajes menos caricaturizados que responden mucho más a la heterogeneidad propia de este país cultural y socialmente mestizo.
Malta con Huevo (2007) es la historia de dos amigos cuyo reencuentro será la salvación y perdición de uno y la consagración del otro. Vladimir (Diego Muñoz) es un artista de esos que cargan con un cuento que más les sirve como excusa para evitar darle sentido a la vida, vestirse bonito y rascarse la guata. Jorge (Nicolás Saavedra), por otra parte, es un tipo promedio, de esos con trabajo y pareja, aparentemente normal.
Una comedia que a mitad de camino se transforma en thriller, con extraños personajes como Fedora (Manuela Martelli) y Rocío (Javier Diaz de Valdés), le ponen interesantes y divertidos ingredientes a un nuevo género en el cine chileno, el que -enbuenahora- se decidió a sacarse la etiqueta de comedia popular, para hacer comedia de verdad, de la que faltaba. Muy buen estreno que no sé si queda en cartelera en alguna parte, pero vale la pena ver. A buscarla. -
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