El viernes pasado en el Bar Tertulia de Valparaíso y cerca de la medianoche subió a escenario el cantante argentino
Diosque, acompañado de su banda. Una presentación soporíferamente monótona, que acompañado al mal audio del tablado del Tertulia, pasó rápido y sin mucha gloria, según se pudo apreciar por los pocos aplausos después de cada escueto tema. No mucho más que decir, quizás sólo fue una mala noche.
Luego, el plato de fondo, la banda de Los Andes,
Mostro. Todo un descubrimiento en vivo para mí, ya que había escuchado algunos de sus estridentes temas en la radio, pero no había tenido la oportunidad de verlos cara a cara. Y la experiencia valió la pena. Mostro llenó toda la sala de sonidos simples, ensordecedores y envolventes. Una batería con raíces metaleras y aires de bit electrónico, mientras un órgano del que salían chillidos y acordes disonantes y una guitarra que era víctima de un rasgeo enfermizo y golpes de baqueta, se complementaron perfectamente para un invento musical que a pesar de su crudeza (o por lo mismo) terminaba gustando, y mucho. (
tripanosoma_mp3)
Uno no logra entender cómo tanto adjetivo, aparentemente peyorativo, puede tener como resultado una buena presentación musical, lo que sumado a una actitud absolutamente displicente, pero a la vez sencilla, de los dos integrantes de Mostro, pusieron la "nota alta" de la jornada rockera. - foto_
laguiadesantiagoEtiquetas: conciertos