REVELACIONES CHÚCARAS

Hoy la prensa y seguramente la web, estará lleno de análisis sobre lo que pasó ayer dentro y fuera de la cancha de Toronto. En cuanto a lo de afuera, no tengo suficientes antecedentes y no termino de entender bien qué pasó como para asignar responsabilidades, pero lo de adentro de la cancha lo vimos todos.

Chile no jugó mal. Los mejores momentos del equipo se vieron con un jugador menos, y creo que resulta injusto decir que Argentina le pasó por encima a la escuadra nacional. Me van a perdonar, pero a menos que haya visto otro partido, yo no vi demasiada diferencia en términos técnicos, salvo las jugadas desequilibrantes como es golazo de Di Maria o algunas de Morales. El resto, fue una Argentina discreta y un Chile ansioso y a (muchos) ratos, desesperado.

Aquí lo que primó fue la experiencia, el fogueo que tienen los jugadores trasandino, a diferencia de los chilenos, y obviamente está el hecho de que les encalillamos la épica tarea de borrar con el puño una historia de supremacía futbolística que tiene justificación y sólidos antecedentes.

Argentina supo aprovechar las pocas ocasiones de gol que tuvieron (no hubo demasiadas atajadas espectaculares de Toselli), supo sacarle jugo al histrionismo con que juegan, lo que se traducía en caídas aparatosas que el árbitro compró sin dudar.

A Chile lo traicionaron los nervios y la inmadurez de algunos de sus jugadores como Vidal. Insisto en que no jugaron mal, tampoco creo que venían inflados (hay que estar en la cancha pata ver si te puedes confiar en una semifinal). Caímos en todos los juegos a los que nos invitaron y eso costó un partido. ¿Y ahora? Nada, aprovechar los buenos talentos que hay para que sigan trabajando en lo suyo. El resto ya lo dijo AnRiu ayer en un comment. Canadá se acabó para Chile, pero puta que lo pasamos bien mientras duró. - foto_emol

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