De puro dejado hace un tiempo saqué el loguito de
CC de mi blog, aunque mi intención nunca fue pasarme del sistema de "algunos derechos reservados" al
copyright para las obras del suscrito que se publican en esta bitácora.
Ahora, a propósito de otro tema, recordé que no aparecía en ninguna parte le hecho de que las obras están licenciadas bajo la fórmula
Atribución-No Comercial-Sin Derivadas. Es decir, los textos e imágenes pueden ser usados por terceros sin necesidad de autorización expresa, siempre y cuando
hagan la mención del autor de la obra al momento de usarla, no lo hagan con fines comerciales, es decir,
no ganen plata publicando la obra; y
no le hagan cambios a la obra original (eso sí acepto correcciones ortográficas, gracias).
El loguito de
Creative Commons con el detalle sobre la licencia a la que está sujeto el uso de textos e imágenes de mi autoría luce ahora a vuestra derecha en reemplazo de una caluga de
Google Adsense por la cual ni en abril ni en mayo he recibido un céntimo. En algún momento hace meses mi cuenta en Adsense quedó paralizada en los US $65.96.- y nunca más sumó nada, así que preferí sacar esa tontera y asumir que en mi vida podré ganarme la vida aunque publique varios post al día y las visitas a esta bitácora hayan aumentado considerablemente en las últimas semanas (gracias Copano). Mal que mal, Revelaciones Chúcaras nunca fue pensando para eso.
Hoy, que
la nueva Ley de Propiedad Intelectual está a poco de entrar en primer trámite parlamentario y a raíz de
la historia del Panda Punk, el tema de las licencias y el uso de las obras a través de la web está teniendo una relevancia mayúscula. Basta un pequeño esfuerzo, unos cuantos minutos y el acto particular de adherir a una iniciativa inteligente como CC, se transforma en un hecho político mucho más relevante que la mayoría de las cosas que hace un parlamentario durante su vida útil.
Etiquetas: internet