Tal como lo dijimos el diciembre, el tema podría tener consecuencias sumamente importantes en cuanto a las responsabilidades penales y civiles de los ejecutivos de empresas que prestan servicios con resultados de lesiones o muertes.
Hoy en Rancagua fueron formalizados por el cuasidelito de homicidio y el de lesiones graves, tres altos ejecutivos de la empresa Tur Bus, por su presunta responsabilidad en el accidente de mayo de 2006 y que causó la muerte de 26 personas.
La teoría del Ministerio Público (que está mejor explicada en el post) se basa en que existía una política de la empresa destinada a incentivar los viajes seguidos de los choferes a través de bonos, descuidando así sus horarios de descanso y por tanto, trabajando en condiciones irresponsables para el servicio que prestaban.
De tener éxito la tesis acusadora, se abre jurídicamente un camino inédito que podría poner a temblar a muchos ejecutivos de empresas como las inmobiliarias, transporte, constructoras y en general todo tipo de servicio o trabajo que exponga o pueda exponer a trabajadores y terceros a riesgos de vida o integridad física.
Honestamente creo que es la dirección correcta. Nadie duda que no pudo estar entre los intereses de los ejecutivos el que sus trabajadores y usuarios murieran en un accidente, pero sin duda fueron conscientes o al menos permisivos a la hora de dar su visto bueno, o hacer vista gorda de las políticas de incentivos que se estaban aplicando en su empresa. Eso al menos, los hace cómplices.
Obviamente el caso tiene una mínima presencia en los medios.
La Tercera apenas lo informa, mientras Emol simplemente hace como que aquí no ha pasado nada. foto_
so cal metro.
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