Hace unos meses, hablaba con cierta persona en la galería del Estadio Nacional, mientras esperábamos que comenzara un concierto. Por esas casualidades de la vida terminamos sentados en ese lugar, cuando muchas cosas lo pudieron haber evitado. Sin embargo ahí estabamos, conversando de muchas cosas y también de coincidencias. De cómo las cosas parecieran tener un misterioso orden y uno sin darse cuenta o sin querer darse cuenta, pasa por al lado de las coincidencias sin atreverse a atar cabos que le den un inexplicable sentido a las cosas que nos pasan. Las coincidencias, paradojalmente, no existen, decíamos.
Yo creo en ellas aunque tenga la convicción de que no existen. De que tal como los clichés, son de aquellas cosas a las que les inventamos nombres y cargas que pretenden bajarles el perfil o caricaturizarlas para que nadie sepa que estamos hablando muy en serio. Y que muchas veces las esperamos como si fuera lo único que pudiera arreglarnos el día. Yo intento darme cuenta cuando una coincidencia va pasando por la vereda del frente. Les hago el guiño aunque no me pesquen mucho de vuelta, pero sé que ellas saben que yo sé, y que tarde o temprano sabré relacionarla con aquello que me pasa, porque como se ha dicho tantas veces en esta bitácora...
and it is in the humble opinion of this narrator.. that this is not just "something that happened." This cannot be "one of those things." This, please, cannot be that. And for what I would like to say, I can't. This was not just a matter of chance. These strange things happen all the time.
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