AnRiu fue
demasiado benevolente. Quince días le daba a LUN para comenzar con el "lado humano" de las secuestradoras que han llenado portadas y noticiarios. "
La acomodada vida de las hermanas secuestro", titula el diario de Agustín junior.
Emol no se queda atrás y relata en la bajada de la foto de su portal que "como tranquila, ordenada, responsable y sumamente preocupada de su hijo describieron a Isabel Bastías los que la conocen".
Ya se comienza a hablar de una supuesta depresión, mientras la familia pide, micrófono al aire, que la traten como el ser humano que es.
Daniel
preguntaba ayer si no me parecía importante que secuestraran a un niño. No, no me parece importante. Me parece preocupante y ahí creo que hay una gran diferencia. Los medios tratan el tema con la importancia que según ellos amerita, por lo tanto el criterio de cobertura es simplemente de conveniencia o interés (editorial) y nuevamente volvemos a
la discusión que tuvimos hace varios días, sobre los criterios con los que informa nuestro periodismo.
Si el criterio, en vez de la importancia, fuera la preocupación, el enfoque editorial debiera variar. No estaríamos preocupados del lado humano de un par de delincuentes confesas, ni de la vida del niño secuestrado y los problemas de sus padres (lo que de seguro viene como próximo titular). El tema estaría quizás dedicado a informar sobre las tendencias de este especial delito y la necesidad de que los padres pongan más atención en el cuidado, pero sobre todo, en el cuidado de sus hijos.
Esa imparcialidad y supuesta objetividad en el trato de la noticia hace que lo que se considere importante, decante rápidamente en que la información secundaria y sensacionalista fagocite puntos que editorialmente pudieran ser más destacables. Y ni siquiera. El plagio, como lo dijo Daniel, es un delito raro en Chile, sería preocupante que se transformara en una moda, pero la cobertura que le dan a un hecho aislado sólo contribuye a darle tiraje a la paranoia y el miedo. A subir las rejas y contratar guardias de seguridad. Alienta a algunos personajes de la farándula política a vociferar que el lumpen le está ganando la batalla a la gente decente, pero ellos no se preocupan de legislar al respecto. Al final, simplemente alimenta esa manía que tenemos que exagerar y volvernos locos, pero sin hacer nada. No vaya ser cosa que nos quedemos sin portada para el día siguiente y eso sí que sería preocupante e importante. -
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