Me declaro culpable. Desde que salí de la universidad me he convertido en un pésimo lector, pésimo. Tengo cientos de libros que esperan ser leídos y nada. Mi facilidad para ponerme a pensar cientos de cosas mientras leo me ha llevado a empezar varios libros que nunca llego a terminar (muchas veces ni siquiera llego a la mitad).
Hoy, junto con el inicio de la primavera, se llevará a efecto la
Fuga de Libros, expresión del movimiento
LibroLibre, a través del cual se pretenden masificar la buena costumbre lectora dando acceso gratuito a libros a las personas que transitan por la ciudad.
La idea es liberar un libro, el que queramos, dejándolo en algún punto de la ciudad que permita ser encontrado por alguien más. Lo ideal es dejar una dedicatoria en la primera página, dando cuenta de que este libro, supuestamente olvidado, forma parte de esta expresión literaria y que debe ser liberado una vez que su lectura esté concluida. Incluso se puede dar alguna forma de contacto (como un mail), cosa de recibir algún
feedback del lector. El llamado se hizo en Santiago, pero supongo que uno podrá hacer lo propio en regiones. Yo ya sé qué libro liberaré, ese que he leído más de una vez. A ver quién se lo encuentra.
Noticia en
El Clarín.
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dmason.