Rubén (
Julio Chávez) es un ex militar que ahora trabaja como guardaespaldas del Ministro de Planeamiento argentino (sí, el mismo que nos tiene con el gas cortado).
Un tipo solitario y lacónico que ha abandonado su vida para vivir por la de otro, transformándose en la sombra de un tipo que si no lo ignora, simplemente lo trata como un sirviente más. Y eso, no puede no tener consecuencias.
Rubén es el típico tipo que quiere pasar desapercibido, evitando al máximo toda situación con atisbos de ponerlo en incomodidad o en la necesidad de interactuar en exceso con el resto. Desconocemos las causas de su actitud, pero la contención de este custodio se hace cada vez más evidente.
El Custodio (2006), es una película lenta, con muy pocos diálogos, estresante a ratos, porque uno puede percibir como la presión va subiendo, como todo parece indicar que vamos hacia alguna parte. Que Rubén nos quiere decir algo, pero no sabemos cómo puede decírnoslo si apenas logra hilar un par de monosílabos.
Se requiere paciencia, pero si a uno le gusta encontrar realidad en las películas (mi caso) esta es una buena cinta (al contrario de
lo que opina Maza al respecto, y es Maza, un tipo que sabe de lo que habla). Pero al final, las películas te provocan o no, y tratar de objetivar (al menos en esta bitácora) me parece forzado. Me gustó aquello de que no exista esa necesidad de decirlo todo. Aquí, el ambiente y los contrastes hablan por sí mismos, dejando que nosotros intuyamos lo que viene, lo que va a pasar, claro, si alguien se decide a hacer algo.