Si te hacen una oferta a la que no puedes (o no deberías) negarte. Mejor acéptela. No vaya a ser que despiertes con la cabeza de un equino fina sangre a tu lado.
Kropserkel, que se destaca por las réplicas de miles de cosas, fabricó una almohada-cabeza -de-caballo. Ideal para indirectas. Si te dijeron que no, qué mejor que regalar este tierno felpudo. Si no se da por aludido(a), la próxima vez llévele
El Padrino I. Seguro que ahí se entera.
Sólo U$ 70.- Vía
Neatorama.