REVELACIONES CHÚCARAS

Si de todo esto no sacamos cosas en limpio, estamos todos locos. Evidentemente que los temas de fondo de la movilización escolar, no se van a resolver en la Recoleta Domínica. Esos puntos requieren de un estudio mayor y más técnico. De a poco se comienzan a escuchar las voces de por dónde debería ir la mano para dar solución al problema central: La mala educación en Chile. Frase que está lejos de ser un panfleto, y así lo demuestran estudios nacionales y foráneos.

El punto ahora será qué dirección tomar. Revisar la municipalización, centralizar, derogar o modificar la LOCE, replantear las JEC, etc. Opiniones hay para todos los gustos, pero he escuchado en repetidas oportunidades, una frase que me preocupa. Habla de que lo que necesitaríamos es que vengan de afuera y hagan auditorías y nos digan por dónde debe ir la cosa en este mundo globalizado, basados en los modelos educacionales extranjeros que, seguramente, han dado buenos resultados.

Lo cierto es que lo peor que podríamos hacer es importar un sistema de educación que nada tiene que ver con los estándares culturales y de calidad de vida que existen en Chile. Donde el acervo cultural es limitado, donde las bibliotecas escasean, donde la ciudad atenta contra la educación, donde el acento está puesto en la libertad de enseñanza, antes que en el derecho a la educación. Y el detalle no es menor. La libertad de enseñanza, que permite que cualquier ciudadano forme un establecimiento educacional ajustándose a la normas legales, puede ser reclamado a través de un recurso de protección, si se considera afectado; mientras que el derecho a la educación, sólo puede reclamarse en la calle. Ergo, no se espanten las autoridades cuando vean a casi un millón de escolares en calle demandando aquello que no puede reclamar por vía judicial.

Este detallido da cuenta de la escala de prioridades que tiene el Estado. Consagra recursos para proteger una actividad comercial (la libertad de enseñanza) y no otorga acción alguna para exigir se respete el derecho a la educación. Para qué decir su calidad. Quizás podríamos recurrir a la nueva Ley del Consumidor y se haría famoso el abogado que lograra una resolución en cuanto a la que la "calidad" de un servicio educacional por el cual se está pagando, es deficiente. Y condenara a indemnizar. Sería la papa. Pero ojo, siempre estaríamos ante la respuesta del Estado frente a un pacto comercial. Y no sirve decir "oye, seamos claros, la educación es un negocio". No. Esa ha sido la consecuencia, pero no es la esencia de ese derecho universal.
Hoy va a ser importante escuchar a quienes han estudiado, pero sobre todo, investigado el tema. Que se han ido a meter a los colegios y universidades y, a partir de un diagnóstico que tiene que ver con nuestra realidad, han logrado elaborar propuestas para mejorar la estructura de nuestro sistema educativo y la calidad de la educación. No bastará con escuchar a los iluminados de siempre. Ellos han ya han viajado suficiente, ya han leído cuanto libro le regalan y ya han tenido la palabra durante mucho tiempo. Hoy escuchamos a quienes no han tenido voz, pero quienes son los principales perjudicados de un país que, hasta ahora, no los tomaba en serio.

Les dejo un texto sobre los procesos educativos, de alguien que ha investigado, ahí en el aula, el tema. Descárgalo aquí.

Foto Sergio Recabarren

Etiquetas: pingüinos