Una degeneración, una enfermedad, no está absolutamente claro. Pero sí hay unanimidad en que de una horrorosidad. Cómo decirlo para que no suene mal, como si alguien quisiera justificar lo injustificable ni poner al mismo nivel a quienes claramente no lo están, pero debe ser terrible tanto para el que la padece como para quienes sufren sus consecuencias.
The Woodsman (2004) es la historia de Walter, un tipo que cumple libertad vigilada luego de haber pasado más de una decena de años en la cárcel por abusar sexualmente de dos niñas. En su nueva vida, nuevo departamento, nuevo trabajo, Walter (
Kevin Bacon) deberá someterse a las tentaciones que lo han condenado desde su adolescencia, mientras intenta demostrarle a todo el mundo de que no es un monstruo y que si pudiera cambiar algo en su vida, sólo sería poder ser “normal”.
Un tema que ha sido y seguramente seguirá siendo parte de todas las sociedades, y que puede llegar a despertar en uno el rechazo y las reacciones más primitivas. Basta con haber visto las noticias hace algunas semanas.
La película no intenta redimir al delincuente que abusa de un menor de edad, él no puede pretender un perdón que nadie está en condiciones de darle. Por el contrario. Nuestra sociedad se debe así misma el asignar penas ejemplarizadoras para quien comete ese tipo de delitos, más aun cuando las víctimas no están en condiciones de defenderse y se abusa arteramente de una confianza mal habida. Pero The Woodsman, plantea el drama de quien abusa y desea internamente no volver a hacerlo. Pero pareciera haber algo más, algo que impide que un tipo que pareciera llevar una vida absolutamente común y corriente, sea una bomba de tiempo, dispuesto a destruir la vida de quienes menos merecen ser víctimas: Los niños.
Trailer. Info en
IMDB.
Etiquetas: cine