Heidelberg, Alemania. Mayo de 2001.
Buscaba a Pato en la sala de computación de la universidad (gigante). Para variar, estaba revisando su mail. Me acerco y antes que pudiera decir palabra alguna, se adelanta con un fuerte:
- ¿Viste la rucia del lado? Está increíble. Demasiado rica. Parece que es polaca.Miro a su lado y efectivamente estaba sentada una tipa rubia con cara de ángel. Pato debe haber estado 15 minutos hablando de ella, que le había visto no sé dónde, que parece que se llamaba Anna, que era amiga de no sé quién y estudiaba no sé qué otra cosa.
El asunto es que esa misma noche fuimos a una fiesta de unos ingleses. La ocasión no la conocíamos, pero nos bastaba cualquier excusa para estar celebrando un día de semana. Al llegar nos dirijimos a la terraza, donde estaba el dueño de casa, Chris, junto a unos amigos, entre ellos, una rubia con cara de ángel. Sí, la misma. Pato no lo podía creer, pero lejos de cortarse y estando frente a ella, me toma del brazo y me dice:
- Ésta es la mía! Es que es demasiado rica!Chris, que no hablaba una gota de español, se nos acerca a saludar y nos presenta a una chica. Anna.
- Hola, cómo están. Mi nombre es Anna. Dijo ella con un español perfecto.
- Estudio español y te agradezco los cumplidos. Continuó, mientras Pato hacía un hoyo en la tierra para quedarse ahí toda la noche y el resto de su vida. Ella había escuchado todo lo que Pato había dicho. Ellos terminaron saliendo un buen tiempo. Maldito! y esa noche celebraban el día de la bandera polaca, algo así como la fiesta nacional. Lo mismo que se celebra hoy 2 de mayo. ¿y? Nada. Si quiere saber qué más pasó hoy, véalo Ud. mismo.
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