Definitivamente es parte de la terapia que necesito por estos días. En una playa australiana, Microsoft organizó una tremenda
Guerra de Bombitas de Agua, para que los usuarios de su consola
Xbox se relajaran un poco y dejaran que el cojín del sillón de la casa volviera a su estado natural. 2.921 gamers se dieron cita en la playa
Coogee y al sonido de la chicharra se lanzaron 55.000 bombas con el preciado elemento. ¿Por qué no hacemos algo así acá? Seguramente porque la cosa terminaría con varios muertos, centenares de heridos, ahogados varios, detenidos por ley de alcoholes, otros por llevar bombitas con pasta de diente, pintura y orines. Estas cosas parece que sólo se ven varias latitudes al norte o al otro lado del mundo. Estos australianos sí que saben pasarlo bien. ¿Vamos?