Hace un tiempo veía
War Photographer, documental sobre la vida profesional de
James Nachtwey, fotoperiodista norteamericano, que ha dedicado su vida a la fotografía documental, destacando su presencia y trabajo en conflictos internacionales como las guerras de los balcanes, el conflicto israelita-palestino, o el atentado a las torres gemelas.
Cuando terminas de ver el documental, te dan ganas de agarrar la cámara y partir dónde sea a capturar la imagen que de la vuelta al mundo mostrando aquello que creemos tan ajeno a nuestras vidas, sólo porque pasa a kilómetros de distancia. Pero bueno, uno está acá con cosas que hacer, o al menos no tiene la plata ni el contrato con la revista indicada, que permita tomar los bototos tan suelto de cuerpo y viajar a donde se esté produciendo la noticia.
El asunto es que la semana pasada caminaba por 13 Norte con calle Quillota (acá en Viña) y me tocó presenciar en primerísima fila cómo dos carabineros en moto desarmaban y detenían a dos supuestos ladrones. Digo que estaba en el palco, porque realmente sucedió a metros míos. El policía apuntaba al joven con la pistola y lo conminaba a botar el cuchillo. El otro policía ya había reducido al otro tipo. Yo trataba con mucho esfuerzo de sacar la cámara y capturar el momento, cosa que pude hacer sólo cuando ya estaban los dos tipos en el suelo. Me temblaban los brazos.
Luego veía que toda la gente se escondía tras los autos, tras los árboles, porque el locatario asaltado gritaba que el tipo estaba "armado" (¿pistola o cuchillo?), entonces la gente se protegía frente a cualquier cosa que pudiera pasar. No tuve esa reacción. Mi acto reflejo fue empuñar la cámara y buscar un buen ángulo, aunque el carabinero me mirara con cara de pocos amigos y tratara infructuosamente de arruinarme la toma.
Acabo de revelar las fotos. No tengo scanner así que lo que logré no se aprecía bien, pero algo se ve (para ver la serie completa haga click en la foto). Mi primera experiencia como foto-periodismo (sin haber estudiado periodismo ni fotografía). Pero esa mañana estuvo cargada de adrenalina... aunque hayan sido un par de lanzas. En fin. Cosas que pasan.
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