Escrito a las 02:25 AM.Vengo llegando de Santiago. Fui al concierto de
José González, uno de los que me perdí el año pasado y prometí verlo tanto pudiera. Me decidí a última hora, porque he trasnochado mucho estos últimos días y sabrán Uds., pegarse el pique a la capital para volver ipso factum, no es para hacerla todos los días.
Pero a uno le da gusto cuando hace cosas que valen la pena. Porque sólo le bastó lo que ven en la foto -que según entiendo fue el mismo formato de su concierto el año pasado- él y una guitarra. José González (
myspace) es la prueba cantada de que menos casi siempre termina siendo más y aunque estaba anunciado que en esta segunda visita, se haría acompañar por más gente, hay que decirlo, no fue necesario y por más que trato no me imagino cómo podría haber sido mejor con los acompañamientos de rigor.
Que un tipo sencillo, humilde y con cero pretensiones de rockstar, pueda envolver al público a punta de intensos rasguidos de guitarra no es cosa común. Sólo los prodigios pueden darse el gusto de subirse a un escenario y dejar la grande sólo con su voz y su fiel compañera. Un gran concierto para seguir calentando un año que se dice, será prolífico nuevamente en buenos shows.
Lo del teloneo de
Dënver es para comentario aparte. Yo tengo una máxima. Toda persona que tenga los cojones para subirse a un escenario y hacer lo suyo con intensidad, merece todo mi respeto y por eso no puedo sino sacarme el sombrero por lo que hicieron los teloneros de San Felipe antes que cantara el sueco. Dos personas con apariencia adolescentes tocaron un largo set de temas de pop-indie muy parecido a lo que hace Javiera Mena, con bases melódicas y letras ingénuas. Y me gustaron, ella un personaje, él más discreto, pero potentes en propuesta tanto musical como en cuanto a la presentación. Buenos augurios desde la Centro Cordillera. - foto_
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