REVELACIONES CHÚCARAS

Con esto de las cruzadas antidiscriminatorias que terminan, normalmente, agudizando dichas diferencias, se me viene a la cabeza un antiguo texto que escribió un buen profesor de derecho que tuve en la universidad y que por estos días justamente hace ver su opinión en las cartas del merculo. El texto es del año 2000 y aparecía en la página 4 de una revista que solía alegrarme la vida a mí y a unos cuantos lectores. Con su permiso o sin él, cito su introducción y les dejo su verso:

"...quisiera expresar mi opinión en contra de lo que me parece un cierto exceso antidiscriminatorio.

Discriminamos en todo y es de la esencia libre del ser humano. Incluso respecto de nuestros congéneres, y las gracias sean dadas a quien corresponda por eso. Nuestra más importante decisión de vida nace de un acto de discriminación esencial (lo que intento comunicar en el anexo que sigue a estas líneas). Sólo en ámbitos de ausencia de libertad, espacios de poder, comparto que es perverso discriminar. ¿Y en los demás? En lo demás la perversión no está en elegir entre flacos y gordos, lindos y feos, castaño/as, rubio/as, moreno/as, pelirrojo/as o trigueño/as. Allí donde uno no, el otro sí, y en el siguiente lugar, no. Eso permite ser libre, discriminar, y aceptar ser discriminado sin sentir menoscabo. Eso lo da sólo la conciencia de un valer propio independiente del actuar de otros respecto de la propia persona, transformando al individuo en una función de lo colectivo. Y lo perverso es la uniformidad de un solo criterio, donde sólo algunos tienen lugar y otros no. Y eso sólo se supera volviendo a discriminar, esta vez, en contra de los íconos adorados..."

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