Alejandro Navarro es el senador más chanta de nuestro parlamento. Tal cual. Le encanta que el digan díscolo porque debe jurar que se trata de algún título nobiliario con el que soñó desde chico.
Al pastelazo que se mandó
presentando un proyecto de ley sobre la nanotecnología a punta de
copy & paste desde Wikipedia,
ahora defiende majaderamente al Presidente de Venezuela,
Hugo Chávez, quien decidió no renovar la concesión de Radio Caracas Televisión.
Sería bueno que Navarro, de una, confiese que su campaña al senado fue financiada por el Gobierno venezolano, de otra manera no se entiende el sesgo absurdo con el que defiende cada medida del general.
La medida de Chávez puede entenderse dentro de las atribuciones, ya que en rigro no se le está renovando una concesión que depende del Estado prolongar. Por otra parte, la mayoría de los chilenos no sabemos verdaderamente el rol que jugó la televisora en el golpe de estado de hace unos años, cosa no menor. Sin embargo, la medida es políticamente retrógrada y tremendamente criticable si no se tiene toda la información. Un canal con más de medio siglo al aire se gana un espacio entre los nacionales venezolanos, por lo que a todas luces, el término forzado de las emisiones de RCTV atenta la libertad de expresión. Siempre será preferible más información, antes que vivir en el oscurantismo (pero que
Ricardo Claro se cuide!).
Escríbale a Navarro.
Etiquetas: internacional, política