Lo del sábado simplemente fue increible.
Los Amigos Inivisibles se presentaron en el bar
El Huevo de Valparaíso a eso de la 1:30 AM y luego de las presentaciones de Papa Negro y
C-Funk.
Es el concierto en el que mejor lo he pasado. Tal cual. Luego de un animado show de los teloneros y sin mediar pausa subieron al escenario los integrantes de LAI para comenzar de inmediato con el ritmo funky, las guitarras y los acordes fiesteros. De inmediato todo el segundo piso del Huevo explotó. La fiesta de saltos y movimientos convirtió todo en una juguera musical de la que era imposible salvarse y que nadie quería perderse. No era raro encontrarse bailando con alguien. El desorden era total.
Lamentablemente el salto inicial provocó que todos quienes tenían un recipientes con líquido en sus manos fueran víctimas del embate y los copetes volaron por los aires, aumentando la humedad ambiental. Pero nada de eso importaba. Casi como si se tratara de un ejercicio catárquico, LAI se pasearon por todo su repertorio (donde destacaron los temas de su
primer disco), el que fue coreado y bailado hasta la saciedad por todos los que estábamos en el lugar. Era como fiesta de fin de año, cuando ya no quieres saber ni de pegas, ni de pruebas, ni de problemas domésticos. La idea era dejar todo en esa pista de baile y eso hicimos.
Una fiesta inolvidable que de seguro no se repitió en la presentación de los venezolanos en el
Vive Latino de ayer. Lo dudo. Porque LAI dejaron todo en Valparaíso y las casi dos horas de música y baile aun se notan en mis pies. Era lo que necesitaba.
El Ale sacó muchísimas fotos y estoy esperando que las suba y haga el video que prometió. Mantendremos informado a la audiencia. - foto_
linus gelber.
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