La exposición del fotógrafo Carlos Vera levantó polvo cuando salió en LUN anunciando una serie de fotografías capturadas al interior de topless y cabaret de Santiago, intentando retratar el ambiente que se vive en esos secretos lugares.
Ahora la nota de
LUN anuncia el cierre de la muestra que se haría en la estación Quinta Normal del
Metro. Esta empresa argumentó que el cierre se debía a que Vera no contaba con la autorización de las personas fotografiadas y que ellos "no pueden prestar sus paredes para mostrar a personas retratadas sin permiso". Por su parte, Verónica Besnier, una de las productoras de FotoAmérica, dijo que la institución trabaja "con un principio de respeto hacia todlas las personas y profesiones".
Sin embargo al menos en
las 9 fotografías que se pueden apreciar on line, no hay posibilidad de identificar a quienes supuestamente se verían afectados por las imágenes. Dificilmente pueden haber implicancias éticas o legales en su exhibición. Estamos claros en que hay un derecho a la honra y la privacidad de las personas, pero desconocemos si el resto de las fotografías atentaban o no esos principios. Y quizás no lo sabremos sino hasta un buen tiempo cuando una galería se atreva a mostrarlas. Lo que ha pasado se llama censura, y uno lamenta cuando pasan esas cosas. Porque el tema no es la autorización. Uno habría valorado una explicación que dijera,
en estas fotos aparecen rostros reconocibles de clientes y bailarinas que podrían verse afectados por dichas tomas, y por eso consideramos que al no haber consetimiento de ellos, se podría estar atentanto contra su privacidad, perjudicandolos gratuitamente. Pero no, se quedan en la medida y mantienen silencio en cuanto a las causas, lo que obviamente se presta para malos entendidos y uno termina pensando en que todo tiene que ver con que las retratadas pertenecen a un mundo que
Metro quiere obviar y ocultar. Sino, digan las cosas como son. Esto me recuerda
el caso Bórquez -
Nota en LUN.
Etiquetas: fotografía