No terminamos de discutir el tema de la
criopreservación y ahora se nos viene la famosa pastilla del día después. Discusión antigua y que llegó a todas
las instancias judiciales con la piedra de tope de siempre. La ciencia no se pone de acuerdo, y no lo hará jamás, por cuanto los médicos y científicos son humanos que viven también de acuerdo a sus valores, creencias y prejuicios.
El tema se puso en la “agenda” a propósito del decreto (
PDF) del Ministerio de Salud por el cual el Postinor 2 estaría a disposición de las personas con una edad mínima de 14 años para pedirla sin necesidad de consulta a los padres. Quedó la escoba. Alcaldes que se niegan a acatar la resolución de la autoridad, representantes de la iglesia que hacen declaraciones apocalípticas, candidatos a Presidente para el 2009 que no se mojan en potito en tv frente al tema, amenazas de querellas, demandas y excomuniones; mientras nadie se encarga de encarar los temas de fondo y se diluyen en discursos liberales o puristas que están lejos de desenredar la madeja.
Primero. La famosa píldora ¿es o no abortiva?. Documentación hay para todos los gustos y la biología termina pareciendo la ciencia de lo opinable. Nuevamente yo, lego, me atrevo a jugármela por la negativa y acudo nuevamente a mi referente en estas lides, Francisco Zegers (lea
aquí). Finalmente será tarea de cada uno formarse una convicción informada sobre si el mentado fármaco es abortivo (es decir, interrumpe el embarazo) o si actúa en otras etapas del ciclo femenino.
Segundo. La entrega del Postinor atentaría contra la familia. Claro, quienes dicen esto son, paradójicamente, quienes no forman familia en este país (los curas) y quienes seguramente no se enteran que sus hijos compran anticonceptivos de emergencia en la farmacia de la esquina
por 6 o 7 lucas. Los eventuales beneficiarios de esta medida son justamente no tienen la posibilidad de tener conversaciones francas y adultas con sus padres, quienes no tienen los medios para solucionar por su cuenta un embarazo no deseado y que puede perjudicar más aun las relaciones y situación familiar.
Tercero. Los alcaldes son la reserva moral de este país. Bajo las premisas anteriores, varios alcaldes (de derecha, es un hecho), han optado por no acatar la medida de la autoridad sanitaria en base a sus creencias, ideas o principios, privado
ARBITRARIAMENTE a los vecinos de su comuna de un beneficio que entrega el estado. Ahí es cuando esas diferencias entre derechas e izquierdas, que muchos consideran añejas, se expresan en hechos concretos. Aun hay quienes están convencidos de que como consumidores todos tenemos el criterio formado, pero como ciudadanos somos una manga de inmaduros babosos que con suerte podemos tomar decisiones.
Por favor, cortemos con la hipocresía y recurramos a argumentos un poco más trabajados para decir lo que pensamos.