Alguien solía decirme que yo podía ser feliz con tan poco. Una mata de albahaca me podía cambiar el día, unas cuantas monedas de 500 para mi colección y listo, era un tipo dichoso. Y ayer lo fui nuevamente, por cerca de media hora. Con un vaso gigante de vitamina de naranja del
Bogarín (Plaza Victoria 1670, Valparaíso) y 200 grs de salame comprado en el Sethmacher del barrio puerto (Bustamante 118, Valparaíso). Sentado, afuera de la ex intendencia del puerto, fueron 25 minutos los que ambas proviciones duraron en mis manos. Y eso me bastó, sabía que tenía un par de monedas de 500 en mi bolsillo y en un rato más me iba al laboratorio de Cámara Lúcida a preparar unas ampliaciones que serán parte de una muestra en un par de semanas más. Una buena tarde, sin albahaca, pero feliz.