Tanta historia sin comienzo, con tramas aburridas y lentas, llenas de dudas pajeras, con argumentos repetidos que sabes que no te agarrab, con resabios de lo que pudo ser y nunca fue, ni será aunque intentes convencerte de que sí, con personajes trasnochados y predecibles, guiones agotados, canciones con pretensiones melosas que terminan siendo justamente lo que no querías escuchar... Tanta historia sin comienzo, y claramente sin final. No señor.
Y uno, uno lo que realmente quiere, son historias nuevas, con comienzos abrumadores, con bandas sonoras atrevidas, con argumentos envolventes, con sabor, con olor y, sobre todo, con personajes comunes y corrientes que te agarran y a los que no quieres soltar porque saben lo que quieren y tú no te les interpones en el camino... y uno, uno lo que realmente quiere son historias nuevas, con comienzos abrumadores y con finales distantes, para los que falte mucho y no quede otra que echarse para atrás y disfrutar, porque ¿no es de eso lo que se trata la vida?
Pero la historia está por cambiar. Lo presiento.