Soy un mal lector de libros. Alguien me decía hace un tiempo que para escribir bien había que leer bien y le creo, pero de que soy un mal lector, lo soy. ¿Mi favorito? Uno que se publicó
un francés un día como hoy hace 60 años. Es cortito, con dibujos, el protagonista se parece a mi sobrino Josemaría y trata la historia de un niño y su encuentro con varios personajes a lo largo de varios planetas hasta que da con esto que nosotros llamamos Tierra.
En algún momento me dio por coleccionar el librito aquel en varios idiomas. Tengo a mi haber la versión en: Español (autografiada por Lukas ¿?), italiano, frances, alemán, holandés, finés, catalán, árabe, esloveno y portugués. Extraña colección, la que en verdad, he dejado bastante botada. De una u otra forma
El Principito podrá ser un resumidero de clichés y todo lo que quieran, pero de la veintena de veces siempre me quedo pegado en aquello de la domesticación y eso de que "Si sé que vienes a las cuatro de la tarde, comenzaré a estar feliz desde las tres. A medida que se acerque la hora más feliz me sentiré. A las cuatro estaré agitado e inquieto; comenzaré a descubrir el precio de la felicidad!", porque es la pura verdad, porque hace bien eso de descubrir el precio de la felicidad, porque es entretenido comenzar a estar feliz desde las tres, si sabes que viene a las cuatro. Al final, como diría el farolero, "la consigna es la consigna. Buenos días".