Shit happens. Eso dicen los gringos. Todos alguna vez pisamos un soretín en la calle, y nos vamos arrastrando el pie por cuadras. Buscamos inutilmente un pedazo de pasto que las haga de abrasivo. Agarramos esa varillita milagrosa que te permitirá llegar a esas irregularidades del diseño de la plata donde nadie llega. Ramas ergonométricas. El asunto es que todos la cagamos más de una vez en la vida. A todos nos puede pasar. Pero eso no sirve de consuelo alguno. Porque te das cuenta que no hiciste tantas cosas que normalmente haces para que "eso no pase". Pero esta vez, campante por la vida, como Pedro por su casa, pensando seguramente en otra cosa, lo hiciste y lo hiciste mal. Y el dominó se echó a correr y no sacas nada poniendo la mano, todos siguen cayendo como si alguien quisiera hacerte ver lo imbécil que fuiste. En fin. Shit happens, y no queda más que agachar la cabeza y aceptar el diariazo en la nuca. Si hasta a los mejores les pasa. Hasta al que siempre toma todas las precauciones de caso. Ese al que los amigos le llaman "grave", porque no deja de preocuparse de todo. Y sí. Los aviones de se caen también. A mi no me importaría tanto ir en ese avión que se va a suelo. El tema es cuando ese avión lo piloteabas tú. La tormenta pasa. Y todo vuelve a la normalidad. Heme aquí de nuevo, listo para postear.