Ayer me compré el DVD de "
Se Arrienda", que venden en
Blockbuster por $ 9.900.- No la bajé porque recuerdo las buenas enseñanzas y porque me gustaría que Fuguet haga una próxima película. Pero la compré sobre todo porque la película me gustó cuando la vi. Me olvidé que era la ópera prima del autor de Mala Onda, que el guíon era del chico-sobras Ortega, y de todos los otros prejuicios que, sobre todo el gremio, hacóa circular antes y después del estreno, acerca de que la película era un engrupimiento que no iba a ninguna parte.
Recuerdo que la
comenté apenas la vi. Y de ver ayer algunas escenas me volvieron las mismas sensaciones, pero me dejaron un gusto distinto, un final distinto. En fin.
Ayer se estrenó
Fuga. La quiero ver. Iré a verla. Lo prometo. Este año se ve bueno para el cine chileno. Me tincan
La Sagrada Familia, de
Campos y
Padre Nuestro, de Sepúlveda. Me gusta eso de que el cine chileno se haya sacado la carga social de encima. Que hoy familias de providencia, las condes o de otras regiones también puedan ser protagonistas de las historias. Hasta hace un tiempo la caricatura era el formato favorito de nuestros cineastas. Hoy veo gente más real y eso habla de que los nuevos autores sienten más lo que les sucede a su alrededor. Las buenas historias no hay que ir a buscarlas a La Legua, no sólo se suceden ahí. Las buenas historias están a la vuelta de la esquina, en la propia casa, en la cama. Bien por estos estrenos. Fuga, ahí voy.