Lo del martes en la noche en el Caupolicán fue una fiesta. Una banda neoyorkina no muy conocida en Chile hacía su show en pleno centro de Santiago. Luego de una estruendosa presentación de los chilenos
The Ganjas y una larga espera, se vino la presentación de los Rapture (
web -
wiki -
myspace).
Antecedidos por dos discos (y un mini-LP), la banda no se reservó as bajo la manga y tiró toda la carne a la parilla en la primera hora de show. A los tres temas para la galería -porque son los más conocidos-
Get Myslef Into It (
youtube),
House of Jealous Lovers (
youtube) y obviamente
Whoo! Alright Yeah... Uh Huh (
youtube) se sumaron varios más que ayudaron a mantener los ánimos arriba, porque en ese concierto -a menos que estuvieras deprimido o en platea alta y con vértigo- no se podía sino bailar, porque los ritmos y las guitarras de los Rapture movían hasta a los muertos.
Con un punk bailable que recuerda a ratos la energía de los Happy Mondays, se paró el cuarteto norteamericano, entre quienes destacaba Gabriel Andruzzi, encargado de los teclados, algunas percusiones y esa campana de vaca que me vengo a enterrar que se llama cencerro. Su extraño parecido a Ian Curtis y su estilo muy a lo Bez (
wiki) le dieron un contexto fiestero único a todo el show, mientras el guitarrista se lanzaba sobre el público. (
videos)
The Rapture no necesita vender una pomada
cool para hacer lo suyo. Ellos son
cool por lo que hacen y una relativa corta carrera explica la no demasiada concurrencia que los acompañó en el show, tomando en cuenta que muchos de los asistentes recibieron tickets de cortesía (menos yo, gracias). En todo caso, se agradece a DG Medios el atrevimiento y es de esperar que la mala experiencia comercial no signifique el tener que privarnos de buenos grupos aunque sean menos conocidos que los que aseguran taquilla.
Un show redondo, para terminar cansado de tanto bailar. Ideal para media semana y para seguir escuchando a The Rapture lo que queda de ella. - foto_
miradasonicaEtiquetas: conciertos