Thriller gringo por excelencia. Cortes, armas, hospitales, abogados, fiscalías, tipas atractivas y sujetos tratando de pasarse de listos. Todo lo que le lleva un típico
thriller norteamericano, y esta no fue la excepción.
A mi vieja le encantan estas películas, así que me amará cuando se la pase.
Ted (
Anthony Hopkins) un ingeniero dueño de una empresas de aviones, disfruta armando cosas que hacen cosas. El tema acá es que descubre que son joven esposa mantiene un romance con un tipo con el cual se ve dos veces a la semana sin hacerse muchas preguntas.
No pudiendo aguantar la infidelidad, le dispara a su esposa en la cabeza, tomando previamente una serie de precauciones para el momento en que la policía se entere del asunto y llegue a la escena del crimen.
Por otra parte Willy (
Ryan Gosling) es un joven y exitoso fiscal que acaba de ser contratado por una de los estudios jurídicos más renombrados de Los Ángeles, pero a poco de terminar su trabajo, le es encargado el aparentemente simple caso de Ted, a quien intentará condenar por homicidio.
A este fiscal, poco acostumbrado a perder -tiene un 97% de condenas- se le empezará a poner la pista dura cuando comience a darse cuenta que no cuenta con mucha evidencia para inculpar al homicida que parecía confeso. Esto le traerá problemas con la Fiscalía, con su nueva oficina y con una señorita a la que todos desearíamos tener de jefe y algo más.
Fracture (2007) es la historia de un crimen perfecto, porque Ted sí que se cubrió la espalda y está a punto de romper la racha ganadora de Willy y dejarlo fuera de las cortes porque su orgullo simplemente no lo soporta. Pero como en los deportes, la cosa no se acaba hasta que se acaba.
So american. -
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Etiquetas: cine