El Domador. Era un ruido gutural el que profería el preparador de la yegua. Le decía que se detuviera, que aun no era su turno. Que recién llamaban al N° 1, pero no. Ella quería salir a la pista y correr desaforadamente hasta la meta, llenarse de gloria y salir en la foto. Creo que no pudo salir del partidor o si llegó, lo hizo cuando los boletos rotos ya tapizaban la galería. Kodak T-Max 400.
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