Pasó lo que tenía que pasar y nuestro matutino local lo dice derechamente en el titular de hoy.
Chile clasificó a segunda fase (ya cuartos de final) de una
Copa América en que no clasifican (4) los que derechamente se deben buscar un nuevo deporte para practicar.
La mala vibra con que se anunciaba la actuación de La Roja en Venezuela fue calmada por el cuevazo frente a Ecuador, un partido donde Chile jugó muy mal, pero aprovechó demasiado bien las pocas oportunidades que tuvo para materla adentro como sólo el
chupete Suazo sabe. No se hicieron esperar
los titulares del tipo "Heroico" y otras pelotudeces, pero la prueba de fuego se venía en unos días.
Vino Brasil, quizás una de las selecciones más malas que se le ha visto a Brasil en años, mucho, yo al menos nunca los había visto jugar tan mal. Resultado, un 3-0 de la mano de
Robinho que tal como el chupete, se las ingenia no sólo para meterla adentro, sino para crearse ocasiones cuando el resto del equipo da palos de ciego. Y si Brasil jugó mal, qué podría esperarse para Chile. Penoso.
Último escollo a superar con la calculadora en el bolsillo, un México que le había ganado tanto a Brasil como a Ecuador. Ellos clasificados y guardándose para la siguiente etapa hicieron el partido del año. Sin mucho esfuerzo se fueron con un empate que no les molestó, pero les permite concentrarse en lo que viene. Chile, nada. Ratoneando.
Que es Acosta, que son los jugadores, que somos malos, ya nadie a quién echarle la culpa de tan mal fútbol, porque da rabia. Tipos que ganan millonadas de plata y no son capaces de responder, de correr, de meter la pata, de pegarle bien a la pelota.
Ahora se viene de vuelta Brasil, habrá que rezar para que no nos pasen por encima de nuevo y comenzar a pensar en el "nuevo proceso" de cara a las eliminatorias mundialeras. ¡¿Qué diablos?!
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