Durante todos estos días y gracias a que me compré un DVD que lee DivX he podido retomar la sana costumbre de ver películas. De los estrenos de ahora El Perfume, los otros son algunas cosillas para las que falta un resto para verlas en cartelera (la misma que hoy es dominada casi absolutamente por Shrek o por Los Piratas del Caribe, insólito). Pero de las que he visto ahora, una me gustó bastante y aunque había pescado una parte en el cable, no la había visto entera.
La Suerte está Echada (2005) se trata sobre un tipo que es mufa y cómo esa suerte puede cambiarse si uno simplemente prueba lo que ya está decidido que va a ser (re fácil decirlo, en todo caso). -
imdb -
trailer.
Conversaba con tototín después, de lo bueno que es el cine argentino, mi favorito de toda latinoamérica (y quizás de toda américa). Los argumentos, las historias, los guiones, los actores y actrices, en fin, varios ingredientes que lo ponen por sobre varias otras industrias de la zona.
Se me vienen a la cabeza varias películas argentinas y el tema de los inmigrantes es recurrente en los argumentos fílmicos argentinos. Por alguna razón terminas la mayoría de las veces, enterándote de la nacionalidad de los antepasados o la religión del protagonista (sobre todo si es judío). Los años y consecuencias de la
dictadura argentina así como
El Corralito también son parte de esos temas que comúnmente se ven en el cine trasandino aunque sea como contexto de las historias mínimas que se transforman en películas.
La pregunta que se me viene... ¿cuáles son esos recursos que identifican el cine chileno? Salvo
Machuca (2004), prácticamente ninguna película de los últimos 15 años se ha hecho cargo del tema de la dictadura en Chile. La inmigración tampoco es un tema acá. Claramente Chile no tiene la misma influencia foránea que Argentina, donde las nacionalidades se notan y se hacen ver. Acá esa manía nacionalista no deja ver el tremendo aporte que han hecho otros paises en el nuestro, ni siquiera en una película.
Pienso en cine chileno y no puedo sacarme de la cabeza la talla de doble sentido, esa supuesta picardía con la que eufemísticamente se disfrazan tantas malas prácticas, los guiones (o improvisaciones) cebadas de garabatos y modismos, y la explotación de la marginalidad como argumento de historias. Una nueva camada de obras se concentró en una visión urbana, un rescate fotográfico de la ciudad para situar las historias, pero no me terminó de convencer.
No termino de entender por dónde va la cosa en el cine chileno. ¿Alguien?
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