En todas partes se cuecen habas, y en todas las casas también. Ayer me agarraba la cabeza cuando escuché la pastelada que se mandó el papá de la Ministra de -nada menos que- Bienes Nacionales,
Romy Schmidt. Cómo tan mala suerte para el Gobierno, que justo al papá de una ministra se le ocurra agarrar a piedrazos a un
Moai.
Según a trascendido, el caballero -de paseo por la isla- le explicaba a su esposa cómo tallaban los isleños las famosas esculturas. A camotazo limpio (nadie ha dicho si es verdad que así lo hacían). Pero el tema es que cuando, cual Gert Weil, lanzaba la piedra, fue sorprendido por un guía turístico que lo denunció a Carabineros y desde fines de noviembre está con arraigo en la isla arriesgando penas que van hasta los 5 años y jugosas multas (podrían aplicarle la misma pena a los de las barras bravas, total también tiran piedras).
Pastelazo el señor Schmidt. Dudo que su intención fuera destruir un Moai, pero podría haberlo pensado varias veces antes de lanzar un piedrazo a un monumento nacional, sobre todo, siendo padre de la ministra que tiene a su cargo el cuidado de las mismas estatuas esas. Hay que ser muy. -
Nota en Emol - foto_
goneforawander.
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