Ayer mientras veía
los chascarros de la Bachelet en Nueva Zelanda, miraba con atención la presentación que hacía representantes Maorí como ceremonia de bienvenida a la Presidenta.
Según la
historia de Nueva Zelandia, el pueblo Maorí que habitaba la isla fue colonizado por los británicos, y después de muchos años de lucha, lograron reinvindicar sus tradiciones y generar un respeto de toda la nación hacia el origen de la isla.
La bienvenida a Bachelet consistió en toda una ceremonia con canticos, bailes y ritos muy cuidadosos. Y se me venía a la mente esto de los "pueblos originarios". Aquí casi que andamos escondiendo a nuestros pueblos. Osea, darle la bienvenida a una autoridad con un grupo de tipos con cintillos de lana, pelo largo y ponchos que gritan levantan sus chuecas, mientras otros dan trutrucazos y le pegan a un tambor de piel de algo... no sé. Parece una escena poco atractiva. Quizás por eso no hacemos algo parecido aquí en Chile. A lo más un par de pascuences que bailen algo más afuerino, pero nada de machitunes, malones ni cahuines. No, eso mejor no mostrarlo.
A mi honestamente no me atrae mucho la estética mapuche ¿qué puedo decir?. No me gusta. Pero es lo que tenemos. Ahora nos la sacamos con los pies de cueca que si bien son tradionalmente chilenos, son muy posteriores a nuestros verdaderos orígenes, ese que preferimos mantener en los libros de historia. ¿Qué hacer? ¿Les enseñamos a bailar otra cosa? ¿Nos hacemos la idea que es lo único que podemos mostrar como verdaderamente nuestro? No sé. No me convence. foto_
peter garnhum.