No me la podía perder. Era la única función del documental "Opus Dei" (
video) en el
FICVM y necesitaba verla, sobre todo después de haber visto "
I Love Pinochet". Y fue todo un acierto. Como pocas veces lo he visto, el Cine Arte de Viña estaba lleno, seguramente Marcela Said (directora del doc), sentada a pocos metros míos debe haber sentido eso que sienten los creadores cuando hay interés por ver lo que uno hace. Luego de unas pocas palabras ya que el documental habla por sí mismo, comenzó la proyección.
Debo haberme agarrado unas 20 veces la cabeza por lo que estaba viendo. No lo podía creer. La Said logra meterse en el seno de una de los grupos más secretos y poderosos del mundo, la secta creada bajo el alero de
Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer. Con una delicadeza admirable la cámara se enfrenta a los niños educados por "la Obra" quienes se despachan declaraciones de antología y que dan muchísima pena (al menos a mí). Conversa amigablemente con los jóvenes que desean ser miembros importantes del grupúsculo para así llegar a las esferas de poder más altas, sea en la vida laica o como un "elegido de Dios". Expone aboertamente la "empresa" adoctrinadora (o evangelizadora como quieren llamarle) de adolescentes, adultos, mujeres y hombres en torno a los (sus) mandamientos. Y muestra crudamente los vínculos del Opus Dei con el poder económico y que les ha permitido contruir un verdadero reino en tierra con colegios, universidades, prelaturas y casas "comunes y corrientes" donde viven, rezan y predican.
Este documental muestra a sus representantes y seguidores, quienes siguen los postulados del Mons. que los visitara en 1974. Pero también da voz a los disidentes, a quienes han vivido la presión de "la Obra" y han optado por alejarse de ella.
No faltarán quienes digan, por qué hay que juzgar a esta gente por sus creencias. Que esto es como una persecución ideológica o religiosa. Sin embargo el tema aquí no es la creencia. Que hagan con eso lo que mejor les parezca. El tema con el Opus es que son un grupo de poder y de presión que se vale del dinero para lograr sus objetivos e imponer su forma de ver el mundo. No les basta con hacer mejores a los suyos. Ellos quieren cambiarnos a todos y es eso lo que me preocupa, sobre todo, porque tienen los medios ($$) para hacerlo.
Este es un trabajo audiovisual que debería verse en todas partes. Estoy lejos de poder plasmar en este teclado lo que vi ayer. Fue tremendo. Y estoy a la espera que salga el DVD para comprarlo. Un infaltable. -
Nota sobre el documental en el New Yorker -
Entrevista a directores en Mabuse -
Nota en El Mercurio de Valpo.
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