No podía ser de otra manera. El gorila Labbé anunció represalias al más puro estilo de alcaide (no alcalde) de cárcel para quienes osaron tomarse y retomarse el liceo Lastarria. Rememorando épocas pasadas donde de seguro decisiones como éstas eran pan de todos los días (léase, deme 100 flexiones de brazo, o mida la longitud de la cancha de fútbol con palitos de fósforo), el edil de Providencia decidió cagarle la vida a los estudiantes que participaron de la toma del liceo. Término de año inmediato, cierre del colegio para ellos, expulsión y no sé qué otra cosa más. ¿Qué sentido tiene patear a los alumnos en el suelo con esa clase de represalias? ¿Que aprendan? Que aprendan qué, que cuando se tiene el poder y alguien te desordena el gallinero, puedes ponerle el dedo encima y aplastarlo como si se tratara de una hormiga, ¿eso?. Porque expulsarlos del colegio, o cerrarles el año en estos momentos es cagarle la vida a los alumnos de cuarto medio que tienen que dar la PSU en unas semanas más. Sería bueno seguirles la ruta a esos alumnos a los que Labbé se acaba de servir, a ver en qué terminan. Eso pasa cuando se tienen gorilas con chaleco polar sin mangas en el poder. Lo ejercen como si no existiera nadie más y sin tomar en consideración las consecuencias que esas decisiones pueden tener. Es más importante aparecer como un tipo rudo y "con liderazgo" (como tanto la gusta a la derecha), antes que buscar alternativas que resuelvan los conflictos en su forma y fondo. Labbé no está para esos trotes, nunca lo ha estado. - Nota en
Emol y
La Tercera.
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