Se supone que uno sólo debe arrepentirse de las cosas que no hace; de cuando uno no se atreve, porque te quedarás con la duda de lo que pudo haber sido y no fue simplemente por tu falta de
coglioni (
scusi il mio italiano). Pero la verdad es que sólo hay una cosa que odio más que cuando no me atrevo, y es que cuando finalmente asumo el riesgo, las cosas no resulten.
Dammit!