Lo que faltaba, ahora el senador por la región de Magallanes pasó a ser un personajillo simpaticón, al que la señora le tira las orejas por mirar durante la discusión de un proyecto de ley en el Senado, un sitio web con tipas ligeras de ropa. Si para qué nos vamos a poner tan graves, y ahora van a venir las excusas del tipo. Los hombres son así, más estimulables visualmente que las mujeres, que los instintos (¿sabían que los seres humanos se supone que no tenemos instintos?), que esta noticia pondrá en el tapete los problemas de la relegada XII región. Nada. Yo apoyo fervientemente la moción de
Jorge y comenzaré mandándole un
mail al señor Muñoz, porque lo considero un descarado. Quien quiera acompañarnos en esta cruzada, bienvenido sea.
Al final, siempre la gente teme más al qué dirán, que a no hacer las cosas correctamente. Temen más que los tilden de "graves" y se comience a alejar la gente como si emanara algún gas tóxico de uno. No, uno quiere ser aceptado, reconocido, buenaonda, piola. Da lo mismo que a la hora de los quibos, nadie se acuerde, pero fui parte de la masa. Para qué ponerse serio con esta humorada.
Pasteles hay en todas partes, estamos claros, y el que el Congreso sea cualquier cosa menos un Parlamento, no es culpa sólo de
Muñoz, pero creo que cuando se comenten errores, hay que hacerse cargo, y si él tiene que pagar los platos rotos por el resto, que lo haga. Los castigos no son sólo para reprender, sino también para ejemplificar a quienes tienen que funcionar en base al condicionamiento y no son capaces de discernir los contextos en los que se encuentran. En fin... me estoy poniendo grave. Nadie más leerá esta bitácora, oh no!
pmunoz@senado.cl