"I have a dream". Eso decía
Martin Luther King en los sesenta. Pero el suyo era de esos sueños que cambian el mundo y que no tienen vuelta atrás. El mío es bastante más chico, simple y menos ambicioso. En 822 días más comienzan las Olimpiadas de
Beijing 2008 y no quiero perdérmelas. Uno, porque las olimpiadas es quizás el evento mundial que más espero cada cuatro años (más que los Mundiales). Dos, porque siempre he querido ir a la China. Siempre he querido conocer el "otro lado del mundo". Ese lugar donde ibas a parar si hacías un hoyo demasiado profundo en el jardín, cuando eras niño y ese donde tu no sabías cómo veía la gente si apenas se les asomaban los ojos.
Y tres, porque, a pesar de que ese viaje no cambiará la vida de nadie más, de seguro hará algo con la mía. La idea es ir unos meses antes para poder conocer todas esas naciones que ciucundan la nación del
té y los
tallarines. India, Nepal, Mongolia, Birmania, Vietnam, Tailandia, Korea, Tibet, Japón y Rusia. En algún momento pensé en hacer el
Transiberiano, pero no es barato ni un viaje fácil. Aun lo estoy pensando. Lo otro podría ser aprovechar el
2x1 de Travel Club, sale a cuenta, pero tengo poco más de 700 días para conseguir alguien que también quiera viajar por esas fechas. En fin, muchas cosas en las que pensar, además de conseguir el viático.
Sé que
Marisol ya hizo un viaje parecido, y me pondré a leer su archivo de notas de viaje. Quizás de ahí pueda sacar buenos datos. Si alguien quiere aportar algo, o tiene algún pariente, bienvenido sea.
A lo
Marco Polo, pero con cámara en mano y ipod en la oreja, como siempre, sabré de dónde parto, pero no sabré dónde terminaré. Como me gusta.